Practicar yoga durante el embarazo, mediante las técnicas adecuadas, nos ayuda a equilibrar y hacer frente a toda la ola de intensas sensaciones que genera este proceso, un proceso de constantes ajustes síquicos. El yoga templa nuestra mente ante las dificultades y desafíos, abre nuestro corazón a vivir una experiencia mas profunda y de conexión con la nueva vida o almita que está cultivándose dentro de nosotras. La ciencia yóguica dice que el bebé experimenta dentro del útero y a través de la madre, el mundo que lo va recibir, por esta misma razón es tan importante no solo trabajar el aspecto físico para fortalecer nuestro cuerpo y salud, si no también trabajar conscientemente el campo sico-emocional cuyas vibraciones influenciarán directamente en la siquis de nuestr@s hij@s. La meditación, los pranayamas (ejercicios de respiración), el uso de mantras (vibraciones sonoras sagradas), la relajación, además del ejercicio corporal, son herramientas que nos ha proporcionado esta ancestral práctica para obtener mayor comprensión, aceptación, paz y mas tranquilidad para esta profunda experiencia de transformación que supone la maternidad....no solo nace un alma, si no también una nueva mujer y una familia.
